Fin de semana en Madrid. Buena compañía, mal tiempo, 26.000 corredores por La Castellana y homenaje a las víctimas de Boston. Tres distancias diferentes, una maratón, una media y un 10k. Conscientes de que una maratón hay que prepararla, nos apuntamos a la media. Todo empezó por casualidad. Mi cuñado lesionado me preguntó si quería su dorsal. No pude negarme. Pensé, ¿a quién lío? Se lo propuse a Juanra y no tardó en inscribirse. ¡Eso es un runner! Cuando trabajábamos en Madrid, quedamos un par de días para correr por el Retiro. Dos años más tarde, allí estábamos los dos después de correr 21 km. 
La salida ha sido en Colón. Del hotel a Colón, cómo no, en metro. Me ha gustado mucho correr por las calles de Madrid y también el ambiente internacional de la carrera. Una pena que la organización no haya estado a la altura. La entrega y recogida de las bolsas de guardarropa ha sido caótica. Es difícil hacerlo peor. Conociendo la organización el número de corredores con tanta antelación, no entiendo cómo lo han podido hacer tan mal. ¡Qué bien lo hacemos en Valencia!
Hemos salido todos juntos y a lo largo del recorrido, los participantes de las distintas carreras nos íbamos separando. Me hubiera gustado seguir con los maratonianos pero hoy mi distancia no era esa. Juanra y yo hemos ido juntos hasta el km 4 donde estaban las mujeres esperándonos muertas de frío. A partir de ahí, cada uno a su ritmo y no nos hemos visto hasta la meta. He ido muy cómodo a pesar de las numerosas cuestas del recorrido. Cómodo, lento (1:59) y disfrutando. Juanra ha tardado 1:46.
Un buen fin de semana. Ya estoy pensando en la próxima.
