13 de agosto de 2011

Un bidón de agua

Ya conocía la carrera y guardaba un grato recuerdo del año pasado. Son 8.500 metros, en su mayor parte en la falda de la montaña que hay al otro lado de la autopista y entre naranjos. La primera parte, subiendo. El calor y la humedad condicionaron nuestro rendimiento. Sufrimos mucho, como casi siempre, aunque demasiado para tratarse de una carrera tan corta. Fuimos Carlos y yo. No hablamos mucho. No podíamos.
Ya de vuelta, pasamos de nuevo por la zona de avituallamiento. Ya no daban agua, pero quedaba la pequeña infraestructura creada y el personal de la organización. Desde lejos venía viendo como un mozo mantenía en sus fornidos brazos un bidón enorme de agua que iba ofreciendo a los corredores. Con la cabeza, los corredores, uno tras otro, fueron diciéndole al simpático mozo que no querían agua. Yo, exhausto y sediento, unos metros antes de llegar a su altura le hice con los brazos un gesto para que me tirase agua por encima. Al pasar, el mozo levantó el bidón y cayó sobre mí tal barbaridad de agua que el golpe me dejó aturdido. De repente mi escasa ropa pesaba varios kilos de más y mis zapatillas se encharcaron. Chof, chof, chof. ¡Qué cabrón el mozo de los cojones!

Poco a poco fui recuperándome del shock. Unos 500 metros más abajo, al secarme el sudor de la frente, noté que no llevaba gafas de sol. ¡Coño! Siendo graduadas y no poco, no me había dado cuenta que no las llevaba. ¿Cómo es posible? Es evidente que iba mal, muy mal. Di media vuelta para buscarlas. Los corredores que venían detrás me dijeron que saltaron por los aires cuando el mozo (de los cojones) me tiró el bidón de agua y que al terminar la prueba preguntara por ellas en el Ayuntamiento. Sin embargo, el bueno de Carlos, que venía un poco más atrás, al darse cuenta que las gafas que volaron eran las mías, retrocedió hasta la zona de avituallamiento y las recuperó.
Ahí me tenéis, llegando a meta sin gafas. Nos costó recuperarnos. ¡Que dura Favara! La próxima Xeraco y la siguiente, Piles.
Antes de despedirme, un pequeño homenaje a un nuevo runner. Se trata de un buen amigo que está empezando y que cada vez va mejor. Su nombre es Juanma, o Juanra, nunca me acuerdo. ¡Ánimo no pares!

3 de agosto de 2011

Casi en vacaciones

Ya casi en vacaciones. Este año, más deseadas y cortas que nunca. Espero que sean suficientes para desconectar y disfrutar de lo importante y lo bueno. Lo importante, la familia y los amigos. Lo bueno,  el descanso, algún exceso y, como no, el deporte.

Aprovecharé para correr más. Para empezar, este sábado iremos a Favara, simpática carrera de 8.500 metros. Participé el año pasado y me gustó mucho.

También mucho pádel. El domingo, Ozito y yo, a dar la sorpresa y ganar el campeonato que han organizado Héctor y Dani, nuestros amigos Vegablues. No descarto participar en algún otro torneo veraniego que se celebre por la zona, incluso de renombre. Tenemos que estudiar seriamente si abrimos una sección de pádel en el club, dada la gran afición que tenemos los Vegablue. Seguro que con ello, conseguiríamos más igualdad de género entre los miembros del club.

Y el próximo fin de semana, un gran reto, la 1ª Subida Vegablue al gigante de piedra, nuestra montaña, el Segaria. Sierra de espectacular belleza por la grandiosidad de sus paredes rocosas. 

Desde la cima del gigante dormido, disfrutaremos de un buen almuerzo y de  impresionantes vistas sobre el mediterráneo. Ese es el premio. ¡Apuntaos!

En definitiva, días de descanso y disfrute, nada fácil hoy en día. Hasta pronto.