
Desde aquí damos la enhorabuena a la Organización. Seguro que el próximo año no fallamos y volvemos a vernos. También agradecemos a Claudia que, con su cámara, simpatía y dedicación altruista, tengamos tantos recuerdos de esos momentos que disfrutamos corriendo con los amigos.
En Benissa me lo tomé con mucha calma pues, con tanto padel y calamidades en el trabajo, las últimas semanas estoy corriendo muy poco. A Vicente pronto le perdí de vista. Puso la directa y no nos volvimos a ver hasta la meta. Cuando llegué, él ya estaba fresco. A destacar, la famosa y temida cuesta de Mercadona que tanto le impone a más de un Vegablue. Lo últimos 500 metros son duros, pero uno ya sabe que queda poco y aguanta.
En las próximas semana no hay muchas peruebas en el calendario y el calor tampoco invita a correr. Pero en agosto sacaremos las fuerzas y ganas necesarias para iniciar la preparación del maratón de Valencia de Noviembre. Ese si que es un gran reto.